Un profesional consagrado es el que une sus pasiones en un solo producto. La búsqueda incesante de un skater por nuevos desafíos puede combinar con la perfección y detalle del trabajo de un carpintero, resultando en un increíble proyecto.
La historia del skate empezó a ser trazada a partir de los años 50, en California. El surf de vereda, como era llamado en la época, fue resultado de la frustración de un grupo de surfistas por la falta de olas en los mares locales. Con una pequeña tabla de madera y rueditas, se divertían por las calles de la ciudad y no se imaginaban que de una broma surgiría una nueva ola: el skate.
A comienzos de los años 70, una gran sequía alcanzó el estado de California y esto hizo que las piscinas de los habitantes fueran vaciadas. Por su formato con curvas, los skaters vieron allí un gran potencial de rampas para entrenar, ya que las paredes y sus angulaciones se parecían a las olas surfeadas. A partir de ese momento, diversas modalidades fueron creadas y las rampas en formato de piscina pasaron a ser las preferidas de los skaters.
Un profesional ampliamente realizado es el que une sus pasiones en un solo producto. La búsqueda incesante de un skater por nuevos desafíos puede combinar con la perfección y detalle del trabajo de un carpintero, resultando en un increíble proyecto.
Fue lo que le sucedió a Fabrício Botelho, de 39 años, que unió sus dos pasiones y ha conquistado los corazones de todos los clientes. Apasionado de herramientas y skate desde niño, decidió crear su propia empresa de construcción de rampas de skate personalizadas.
Dentro de casa él veía a su padre trabajando con las más diversas herramientas y siempre se fascinó por aprender a usarlas. A los 8 años, con la muerte del progenitor y viviendo sólo con su madre y su hermana, heredó todos los instrumentos de trabajo y comenzó a dar vida a algunos materiales. El skate, que ya dominaba el corazón de Fabrício, fue su primer objeto construido, con las cabeceras de las camas cortadas, el eje de los patines de su hermana y una tabla.
A los 14 años, Fabrício inició un curso de carpintería en el Senai de Uberlândia, en Brasil, y desde entonces no paró más. Un día, después de años sin andar en skate, decidió hacer su propia rampa, con la calidad y desempeño que siempre deseó. Así surgió la empresa "Fuska Obstáculos", especializada en la construcción de rampas de skate.
"Nuestro trabajo es extremadamente manual, artístico, artesanal. Cortamos, lijamos y atornillamos. Me gusta sentir el trabajo que se está haciendo. "Fui buscando perfeccionar mi trabajo y hoy llegamos donde estamos en el mercado", dijo el empresario.
La construcción de rampas le abrió muchas puertas a Fabrício y fue por medio del deporte que él conoció a sus amigos, constituyó su familia y creó su empresa. Esta gratitud lo hizo querer retribuir todos los aprendizajes que tuvo a lo largo de los años y dejar un legado por donde pasa: "Estamos llegando a un punto en que queremos propagar y pasar el talento a las personas. Crear talleres y enseñar a la gente a construir rampas. No tendría sentido guardar esto para mí y no devolverlo al skate. Tenemos que dejar un legado".
"Nuestro trabajo es extremadamente manual, artístico, artesanal. Cortamos, lijamos y atornillamos. Me gusta sentir el trabajo que se está haciendo. "Fui buscando perfeccionar mi trabajo y hoy llegamos donde estamos en el mercado", dijo el empresario.
La construcción de rampas le abrió muchas puertas a Fabrício y fue por medio del deporte que él conoció a sus amigos, constituyó su familia y creó su empresa. Esta gratitud lo hizo querer retribuir todos los aprendizajes que tuvo a lo largo de los años y dejar un legado por donde pasa: "Estamos llegando a un punto en que queremos propagar y pasar el talento a las personas. Crear talleres y enseñar a la gente a construir rampas. No tendría sentido guardar esto para mí y no devolverlo al skate. Tenemos que dejar un legado".
Uno de los nuevos pilares de la empresa de Fabrício es la sostenibilidad. Después de perfeccionar su trabajo y relacionarse con nuevos clientes y skaters, él desarrolló una rampa un 100% construida con materiales reciclables. Fuska Obstáculos se ha asociado con una empresa que proporciona placas ecológicas hechas a partir de la basura plástica y metálica, que resiste a temperaturas diversas y presenta buena durabilidad. Con algunos cortes y ajustes, la calidad de la rampa sostenible desarrollada por Fabrício llega a ser comparable con las tradicionales del mercado.
Las rampas de skate, en su mayoría, están formadas por hormigón y madera, que no auxilian en la construcción de un mundo más sostenible. Esta nueva forma de hacer rampas está conquistando los corazones de los skaters, que ven su gran potencial. "Cuando la rampa quedó lista, el skate giró y sentí su ruido en la rampa, vi que era muy buena. La adherencia del skate es excelente”, dijo Fabrício tras probar por primera vez su nuevo proyecto.
Una gran rampa requiere un trabajo de calidad y eso no fue un problema para Fabrício. Él eligió las herramientas Bosch para optimizar su tiempo y alcanzar cada vez más rápido el éxito. Para empezar la construcción de su primera rampa sostenible, Fabrício eligió la sierra mármol GDC 14/40 Professional para cortar las placas ecológicas, una herramienta mucho más ligera y potente que las otras encontradas en el mercado. Por supuesto, él no ha dispensado el uso de las atornilladoras inalámbricas para completar el proyecto y unir la estructura a las placas. Optó por la GSR 12-2-LI, para un uso continuo e intenso, y la GDR 12-LI, la más ligera, con alto torque e impacto para atornillar.
La Pasión de Fabrício por la carpintería es algo inexplicable y es lo que lo mueve para buscar nuevas experiencias: "Lo que me atrae en la construcción es el contacto con las herramientas, el olor del material. Sentir la madera, la fricción de la herramienta con la madera".